En 2019, tuve la oportunidad de charlar con el artista alemán Flo Maak, primeramente en La Cañita, luego, en el Goethe Institut después de la inauguración de su exposición “escribiendo lo público”. Un día antes, había presentado junto a Felipe Zuñiga el libro “Queer Geographies“, publición del 2013 que recoge el trabajo de 3 workshops realizados por la artista Lasse Lau en Beirut (Líbano), Tijuana (México) y Copenhague (Dinamarca).  Felipe fue uno de los editores, y es director de Relaciones Inesperadas, la organización de arte contemporánea que invitó a Lasse a Tijuana para el desarrollo de dicho taller, donde Flo fue participante.

“Queer Geographies” es un libro de obras de arte seleccionadas, poesía, intervenciones públicas, declaraciones de activistas e investigaciones académicas que analizan cómo es el espacio donde las fronteras de las luchas de clase e identidad están en constante negociación y flujo. Queer Geographies explora las posibilidades de las identidades queer viviendo más allá de la heteronormatividad, descubriendo cómo los límites de los paisajes citadinos configuran de manera diferente el género y la sexualidad. Queer Geographies también examina cómo las identidades pueden dar forma a las ciudades con base en las nuevas necesidades de sus habitantes.” – Lasse Lau & Flo Maak (Ambos artistas mantienen una solida colaboración. Visita. www.laumaak.com/)

En 2018, Flo fue invitado por Relaciones Inesperadas para organizar un taller que reflexionara sobre los espacios públicos, quién es parte de esa esfera pública y cómo pueden formarse los contrapúblicos. La serie OLGA fue la respuesta del artista, impulsada por el sórdido trasfondo de la leyenda popular de “Juan Soldado”, una especie de santo para los migrantes y “polleros”; “Al hacer una residencia allí, me encontré con la historia de Olga Camacho Martínez, una niña de 8 años, que fue violada y brutalmente asesinada en Tijuana en 1938. Coloqué preguntas cortas y declaraciones dirigidas a Olga en inglés y español en las coloridas paredes de Una antigua galería comercial en el centro de Tijuana. Luego fotografié estas intervenciones.” – F. M.

Website: www.flomaak.net

AN EVENING WITH CORNY A lecture-performance on John H. Kellogg at space one, Seoul, April 9, 2016.

 

¿Por qué elegiste la fotografía como tu medio principal?

No fue una decisión consciente, comencé como un adolescente, y siempre fue importante para mí, pero nunca pensé en hacerlo profesionalmente. Estudiaba filosofía en Frankfurt cuando Wolfgang Tillmans se convirtió en profesor, a mi me interesaba su trabajo, así que decidí intentarlo, hice la prueba para ver si me aceptaba como su estudiante, y así fue como cambié de la filosofía a las artes visuales. En realidad fue un proceso largo, pero siempre he usado la fotografía por sus facilidades, solo necesitas una cámara, no un caballete y pinceles o un estudio gigante como un escultor.

Tienes algún objeto de estudio que te interese particularmente…

Lo que se ha mantenido presente en mi trabajo es The Natureculture. La unión de estos dos conceptos en un una sola palabra. Esta idea comenzó a interesarme desde la preparatoria cuando leía a Judith Butler, así me introduje a las teorías queer y a partir de ahí mi interés se expandió hacia la biología y la relación humano-animal. Y aunque mi visión sigue cambiando, sigue siendo importante ese primer momento donde eres conciente que la separación entre naturaleza y cultura es un constructo, una fantasía muy poderosa, algo que conecta con los orígenes del poder.

Voy a tomar una residencia en Bangalore, y estoy trabajando a partir de la investigación de una bióloga hindú quien discute la conexión entre el concepto de especie invasora y el racismo, que podría decirse es una línea muy delgada. Aquí sigue presente el concepto de natureculture, ese conflicto entre un cuerpo físico afirmando la biología y la cultura, que sigue buscando entender o reinterpretar lo biológico, es una lucha que no cesa… El racismo y la discriminación  es algo que existe en esta brecha entre naturaleza y cultura.

¿Como artista, separas tu postura política de tu trabajo?

Soy una persona política, soy activista, así que pienso y trabajo bajo una visión politizada cuando elijo los temas de mis proyectos, me cuestiono sobre su lugar en este ámbito… Se puede decir que este último proyecto, Olga, probablemente es el más político que he desarrollado hasta ahora. Mis otros trabajos son más sutiles, no siempre se puede reconocer mi postura en ellos, y está bien, no toda mi obra tiene que seguir estrictamente este camino. Mantengo esa distancia entre mi arte y la propaganda, donde todo es claramente político.

Era tu segunda visita a Tijuana, tu trabajo para construir el proyecto de Olga fue más sencillo…

No. Fue todo un reto elegir sobre qué trabajar y cómo abordarlo sin caer en el lugar común. Durante las 6 semanas que estuve me fui adecuando más al espacio y conociendo mucha gente que me ayudó a integrarme mejor al espacio. Lo que sabía era que no quería explotar la imagen superficial de la ciudad. Vienen muchos fotografiar el aura de violencia y excesos, o el muro, y es tentador, pero en mi opinión no necesitamos más fotos sobre eso. Al tratarse de intervención donde dejo frases en la calle fue más un trabajo de ofrecer algo al espacio y no de extraer.

Imágenes y ensayo sobre este proyecto en el siguiente link: works/olga/

 

OLGA, 2019, Tijuana

 

Me parece que en la mayoría de tus proyectos se habla de ese preciso momento donde lo virtual se materializa en la realidad…

Para mí, esto es lo que hace interesante a la fotografía. Por un lado, documenta una situación, llamémosle realidad, y por el otro crea realidades, es un proceso constante de intercambio entre la virtualidad y la realidad. Me gusta explorar esta área con mi trabajo, y es una de las razones por las que presento mis fotografías como instalaciones, para que las imágenes se establezcan como objetos y reclamen la realidad de manera física, para mi es una forma de apropiación del espacio.

Ahora que mencionas las instalaciones, dime, ¿Cómo te interesaste por este otro medio?

Con certeza tiene que ver con la influencia de Tillmans, hay que recordar que fue él quien empezó con la idea de crear grandes instalaciones con sus fotografías. Pensaba mucho en las posibilidades de este formato, en el efecto que tiene sobre las fotos… empecé a pensar el espacio como parte de la fotografía y así a explorar la instalación como proceso de expansión de la imagen. Algo que es totalmente diferente a la forma tradicional de montar fotografías en una exhibición, donde no importan realmente como objetos.

En el momento en el que cuelgas algo en la pared todo cobra un valor, el papel, la técnica de impresión, el tamaño y la posición de la pieza, todo aporta a la lectura y percepción de las fotografías. Al hacerme consciente de todas estas fuerzas, empiezo a usarlas para mis propósitos.

 

On the Possibility of Life in Ruins / In collaboration with Jonas Kasper Jensen and Rebecca Ann Tess at Huset for Kunst go Design, Holstebro, 2017

 

Gravity

 

Algo que me llamó mucho la atención, son los títulos tan largos que tienen muchas piezas de tus proyectos, ¿qué relación estableces entre palabra e imagen?

Pienso mucho en la relación entre texto e imagen. Si vemos la historia de la fotografía, está íntimamente ligada al periodismo, donde la imagen era como un canvas, siempre vienen acompañadas de algún texto, un título que sirve como indicaciones, eso tiene un gran impacto en cómo percibimos la imagen, así que al igual que la relación entre espacio y fotografía, quiero usar el texto para añadir otra capa al proceso, para jugar con las expectativas, hacer acotaciones y dirigir la atención. Es una herramienta muy poderosa.

Cuando empecé escribía títulos de mis piezas larguísimos, como de dos renglones, pero ahora el texto se ha integrado a la imagen.

Hablábamos de la importancia de expandir la fotografía, combinar procesos, entonces, ¿consideras que en la actualidad una imagen por si sola ya no es suficiente?

Ciertamente siento una gran presión, pienso en la cantidad de fotos que se suben a Instagram diariamente, y me cuestiono por qué sigo tomando fotografías. Por ejemplo, estaba en una zona arqueológica, veía a todo el mundo tomando fotos y también quería sacar mi cámara, pero incluso ahí me decía; Por qué molestarme, si puedo seguir de largo y buscarla en Internet, por qué agregar más imágenes de las que ya existen a este mundo.

Está cuestión fue lo que me llevó a plantearme acercamientos más experimentales a la fotografía, como el caso de las instalaciones o la inclusión de textos como mencionamos antes. Creo que esa es mi respuesta a lo que está pasando con el tema de la producción y circulación de imágenes.

 

Queer Geographies

 

On the Possibility of Life in Ruins / In collaboration with Jonas Kasper Jensen and Rebecca Ann Tess at Huset for Kunst go Design, Holstebro, 2017

 

Por último, ¿Cómo nacieron las imágenes que publicaste en Queer Geographies?

Cuando llegué a Tijuana sabía de la intensidad de la ciudad, me sentía un poco inseguro, no sabía a dónde ir… me había encontrado con una historia sobre la policía, decía que te hacen meterte los dedos en la nariz y después te los lamen para saber si habías consumido coca, algo que cruza muchos límites, es violento, pero a la vez muy íntimo, tal vez no sea verdad pero ya me decía algo. Pero ese momento pervertido no embona con mi visión de Tijuana. Sí, es un lugar duro pero sensible, donde también sucede magia, me refiero a los encuentros entre personas, y eso quería reflejar. Creo que una fotografía no podría capturar esto, aunque las fotos pueden ser emotivas en algún sentido, necesitan el texto para narrar la historia que buscaba. Así que eso hice, seleccioné y escribí algunas experiencias que tuve en la ciudad.

(Consulta el libro en el siguiente link queergeographies/docs/  / PDF — bit.ly/38ERQp4

 

Queer Qeographies
Queer Geographies

 

Queer Geographies